Artículo de Opinión
La llamada Ley de Dependencia
El grado de insensibilidad que muestra nuestras
administraciones a las situaciones de dependencias ha sido merecedor de
cabeceras y grandes títulos a tres columnas en los medios de
comunicación, tanto escritos como visuales.
Mientras miles de ciudadanos están en la espera de ser
valorados para obtener esa calificación que les declarará la condición
de beneficiarios de la prestación desarrollada por la llamada Ley de
Dependencia, nuestros políticos, y como no iba a ser de otra forma...
saltan al terrero con una nueva brega.
Hostigando con su política de recortes o, mejor dicho, de destrucción del Estado del Bienestar, el gobierno estatal nos anuncia una reducción por unos 800.000 millones de euros en la dotación presupuestaria destinada al desarrollo social de esta ley, titular que se hace acompañar, con grafías más moderadas pero de igual impacto, por manifestaciones realizadas por el gobierno canario en referencia a los resultados obtenidos a nivel autonómico en la implantación de esta normativa.
Hostigando con su política de recortes o, mejor dicho, de destrucción del Estado del Bienestar, el gobierno estatal nos anuncia una reducción por unos 800.000 millones de euros en la dotación presupuestaria destinada al desarrollo social de esta ley, titular que se hace acompañar, con grafías más moderadas pero de igual impacto, por manifestaciones realizadas por el gobierno canario en referencia a los resultados obtenidos a nivel autonómico en la implantación de esta normativa.
De
los más de 40.000 expedientes instados, solamente se ha valorado unos
11.000, es decir, más del 70% de los expedientes solicitantes de este
derecho están… ¿quién sabe dónde…?
Pero el río de tinta no para, 2.000 dependientes están en el riesgo de perder su derecho debido a la negativa de la aportación económica que corresponde al gobierno de Canarias en la ficha financiera por un importe de 23 millones de euros.
Los más débiles, como siempre, se convierten en los grandes sufridores en silencio de los efectos colaterales de esta crisis. ¿La solidaridad ha muerto…?
Pero el río de tinta no para, 2.000 dependientes están en el riesgo de perder su derecho debido a la negativa de la aportación económica que corresponde al gobierno de Canarias en la ficha financiera por un importe de 23 millones de euros.
Los más débiles, como siempre, se convierten en los grandes sufridores en silencio de los efectos colaterales de esta crisis. ¿La solidaridad ha muerto…?
Nuestras instituciones se han reconvertido nuevamente en
aquella, ya olvidada, fría maquinaria que a golpe de un único pistón
movía todo sus engranajes.
La acción social es ahora una carga que no tiene contrapartida en el equilibrio de la cuenta de resultados de nuestras administraciones.
La acción social es ahora una carga que no tiene contrapartida en el equilibrio de la cuenta de resultados de nuestras administraciones.
Un lastre tóxico con efecto negativo sobre
los ratios tan exigidos y a lo que hay que llegar sin más, de forma
imperativa.
Números, números y más números que solamente, de cara a la galería, quieren expresar que por el gobierno se están haciendo las tareas encomendadas. Por lo que nos preguntamos… ¿son éstas las tareas que se le han recomendado a nuestro gobierno…?
De forma brutal, a las personas, se les está despojando de los derechos y de los logros conseguidos tras muchos años de reivindicaciones y lucha social. .
Números, números y más números que solamente, de cara a la galería, quieren expresar que por el gobierno se están haciendo las tareas encomendadas. Por lo que nos preguntamos… ¿son éstas las tareas que se le han recomendado a nuestro gobierno…?
De forma brutal, a las personas, se les está despojando de los derechos y de los logros conseguidos tras muchos años de reivindicaciones y lucha social. .
Por lo que nos preguntamos… ¿son éstas las tareas que se le
han recomendado a nuestro gobierno…?
La sensibilidad, la humanidad y el alto grado de solidaridad, característico y reconocido de los españoles de forma internacional se están cerrando con la puerta, tras el umbral, de cada uno de sus domicilios.
La sensibilidad, la humanidad y el alto grado de solidaridad, característico y reconocido de los españoles de forma internacional se están cerrando con la puerta, tras el umbral, de cada uno de sus domicilios.
Por lo que nos
preguntamos… ¿son éstas las tareas que se le han recomendado a nuestro
gobierno…?
Por ello nos negamos a que se exteriorice que los españoles hayamos perdido nuestra sensibilidad porque no escondemos la cabeza ni miramos para el otro lado.
Por ello nos negamos a que se exteriorice que los españoles hayamos perdido nuestra sensibilidad porque no escondemos la cabeza ni miramos para el otro lado.
Nos negamos a que se diga que a los
españoles no les importan los problemas que genera nuestra sociedad,
porque ahí estamos, cooperantes con nuestras administraciones e
instituciones en búsqueda de soluciones.
Y, mucho menos, escuchar que
hayamos perdido la humanidad y miremos ciegamente a quién sufre y padece
en propia carne, arropado por el silencio, esta crisis.
Nuestros niños, nuestros abuelos y nuestros dependientes nos son simples datos de una encuesta que hay que cuadrar.
Nuestros niños, nuestros abuelos y nuestros dependientes nos son simples datos de una encuesta que hay que cuadrar.
El materialismo no es parte
integrante de esta población porque ellos esperan de nosotros algo más
simple: “El respeto, la ilusión y la comprensión”… No les neguemos el
futuro, todos somos parte de él.
Fuente : lavozdetenerife.com
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