domingo, 24 de abril de 2011

QUE CUATRO AÑOS NO ES NADA


Que cuatro años no es nada


El 23 de abril se cumplieron cuatro años desde la entrada en vigor de la Ley de Dependencia que sitúa a España en el inicio del camino hacia la mejora del bienestar y la cohesión social, algo en lo que tienen un peso especial las pensiones y las políticas activas de empleo.

Desde 2007 hasta hoy han sido más de 700.000 las personas atendidas en nuestro país, con lo que se confirma la idea inicial de que es un derecho necesario para todos los ciudadanos, en especial para las clases sociales más necesitadas.

Pese a todo, el gasto social se sitúa en España cinco puntos por debajo de la media de la Unión Europea en relación con el Producto Interior Bruto.

La ayuda a la dependencia lleva implícita en nuestra comunidad autónoma un baile de cifras entre las que ha hecho públicas la Administración regional y las que tiene recogidas el Instituto de Mayores y Servicios Sociales. Lo cierto es que en la actualidad, 5.803 asturianos se encuentran a la espera de recibir una prestación conforme a la Ley.

El camino que se ha seguido desde la aprobación de esta Ley cuenta, cómo no, con sus luces y sus sombras. Hay un hecho cierto, y es que son muchas las personas que tienen todo el derecho a beneficiarse de esta Ley.

Pero también son muchas las que, a día de hoy, tienen derecho a una prestación, pero aún no la reciben.

Conviene tener presente que el nuevo campo que se ha abierto con la entrada en vigor de la Ley de Dependencia supone, sin duda, un importante motor económico y de creación de empleo al que hay que atender debidamente, siempre con un cierto equilibrio y control para que ello no suponga un desequilibrio en las cuentas públicas.

Sólo en Asturias la entrada en vigor de esta norma ha generado la creación de más de 5.000 nuevos puestos de trabajo.

Nuestro país ha de continuar avanzando en la línea que le permita apostar y consolidar un modelo productivo competitivo y sostenible para dar así una acertada respuesta al modelo de protección social.

Es un deber y una obligación ser solidarios con los que menos tienen y más en estos momentos en que la crisis ha hecho aumentar de forma escandalosa los hogares que necesitan una ayuda para cubrir las necesidades más básicas, pero este modelo de protección social debemos amoldarlo a nuestras circunstancias particulares y recursos económicos.

Apostemos por ello.

Fuente : elcomercio.es

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