Luisa Fernanda Rudi, ante la Ley de Dependencia
El día 13 de julio, será investida –por obra y gracia del PAR– la nueva presidenta del Gobierno de Aragón, Luisa Fernanda Rudi.
A pesar de la pompa que lleva consigo este acto (al que posiblemente asistan representantes de la pura derecha, cómo la de José Mª Aznar), los ancianos no nos vamos a dejar sorprender por este boato y vamos a estar muy pendientes, desde el primer día, de cómo inicia la dignísima dama la VIII legislatura del Gobierno de Aragón.
Nos preocupan muchas cosas de las formas en que lleve a cabo la gobernabilidad de Aragón, pero entre ellas hemos de seguir muy de cerca como hace frente a la Ley de Dependencia.
En CRÓNICA DE ARAGÓN hemos sido muy críticos con la forma en que se ha desarrollado esta nueva Ley. Somos conscientes de que su andadura –desde que entró en vigor– ha sido muy lenta, pero algo se ha logrado y las partidas económicas asignadas a la prestación de ayudas a las personas dependientes no han ido en retroceso, a pesar de la crisis que ha roto muchos esquemas en general en diversos proyectos de la Comunidad Autónoma.
Los aragoneses con edades muy avanzadas son cada vez más y como personas desvalidas físicamente y con escasos recursos, esperan como agua de mayo que la Ley de Dependencia no sufra recorte alguno.
Vamos a estar ojo avizor para que las plazas en servicios de estancia diurna y residencias no entren en un estancamiento y que la asistencia a domicilio no se frene en seco, porque ello supondría el abandono de miles de personas muy mayores, que ya de por sí se ven obligadas a sobrevivir con pensiones mínimas inaceptables.
Sería de lamentar que Luisa Fernanda Rudi imitase a la presidenta de Madrid Esperanza Aguirre, que prácticamente ha dejado de poner en práctica la Ley de Dependencia en su Comunidad Autónoma.
El problema es que a la Rudi, si este desviacionismo se produjese en Aragón, el único que le podría obligar a cumplir lo establecido en la nueva Ley, es el PAR y aún recordamos la sumisión al presidente Lanzuela, en el tema de los mayores, cuando el PP gobernó durante unos años en Aragón. La inoperancia de los regionalistas fue absoluta, cuando el miembro del PAR era consejero de los aspectos sociales.
Ahora, con un Biel limitándose a presidir las Cortes de Aragón, es prácticamente seguro que la sumisión sea semejante.
Y al final, los que paguen las consecuencias de la toma del poder por los grupos de derecha (PP y PAR) seamos los más envejecidos de esta envejecida población aragonesa. De cualquier manera, las urnas se abrieron el 22 de mayo y dio los resultados que dio.
Así es la democracia representativa.
Los ciudadanos eligen y ellos sabrán por qué lo han hecho.
A veces cada uno tiene lo que se merece.
Fuente : cronicadearagon.es
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