lunes, 30 de noviembre de 2009

ALAVA - "QUIENES MÁS TENGAN PAGARÁN MÁS POR LOS SERVICIOS SOCIALES"

Pleno de Política General de Álava

Xabier Agirre anuncia que quienes más tengan pagarán más por los servicios sociales

Llama al «orgullo alavés» y a la unidad de los partidos para afrontar la dureza de la crisis económica


En uno de los discursos inaugurales del pleno anual de Política General de Álava más largo que se recuerda -duró cerca de hora y media-, el diputado general, el peneuvista Xabier Agirre, arengó ayer a la sociedad para que saque el «orgullo alavés» y, desde la «unidad», intentar superar la compleja adversidad económica con «trabajo, estabilidad institucional y optimismo».

Pero más allá del énfasis y de la carga emocional que el mandatario jeltzale quiso darle a sus palabras, también bajó a pie de calle para anunciar la «reordenación» de la financiación de los servicios sociales en el territorio, apostando por la colaboración público-privada -también con las asociaciones- y por la fórmula del copago.

Es decir, una mayor implicación económica de los usuarios en función de la «renta y el patrimonio». Así, quienes más tengan, más tendrán que pagar «para hacer realidad los principios de justicia distributiva y equidad».

Pese a que todavía no están definidos cuáles son los servicios que serán susceptibles del copago -cuestión que se abordará en el primer semestre de 2010-, Agirre puntualizó que en la búsqueda de recursos adicionales para mantener el sistema a flote «nadie va a ser privado de la atención necesaria por carecer de recursos económicos para hacer frente al pago».

En este objetivo de conseguir la viabilidad económica de los servicios sociales, Agirre anunció que habrá que combinar la financiación vía impuestos con otra a través de cotizaciones a un sistema de contingencias, como ya hacen muchos países del entorno. Además, explicó, será necesario una «reordenación» de las competencias de cada institución y un mayor control del servicio que reciben los usuarios para evitar el fraude.

El debate que ahora emprenderán las Juntas Generales es de vital relevancia para la Diputación puesto que la crisis económica, combinada con la extensa batería de prestaciones recogidas en la Ley de Dependencia, ha puesto en jaque las arcas forales.

Para muestra, el coste de una plaza en una residencia foral de la tercera edad. Si un alavés paga un máximo de 985 euros mensuales, este precio para un vizcaíno o un guipuzcoano supera de largo los 2.000.

Esfuerzo, sí, decisión, sí, pero no deja de ser menos cierto que este tema ya fue planteado por el propio diputado general hace más de un año y, desde entonces, poco se sabe al respecto -se han encargado dos estudios, pero la oposición en bloque sigue sin recibir una llamada 'ad hoc'-. Entonces, avisó de que se corría el peligro de que, a medio plazo, la 'vaca' foral ya no tuviera tanta leche como antaño. Por ello, llamó al entendimiento de todos los partidos para reinventar el sistema público social. Ahora, en el primer trimestre de 2010, parece que llegará la vencida.

«Dejarse la piel»
Al margen de este árido asunto, y como no podía ser de otra forma, la crisis dominó el discurso de apertura del también llamado pleno de Santa Catalina.

El político peneuvista aportó un resumen del cuadro macroeconómico del territorio, el País Vasco, España, Europa e incluso el mundo. Recordó la drástica caída de la recaudación que ha sufrido Álava y cómo los 375 millones de euros menos que se ingresarán este año respecto a 2008 obligarán a aprobar un presupuesto en 2010 inferior al de este año, algo que no ocurría en los últimos catorce años. Pese a todo, recordó que el gasto social se incrementará el 9%, que las inversiones en infraestructuras se garantizarán y que el gasto corriente bajará un 7% mientras que los de representación, un 10%.

Convencido de que una de las recetas para superar la desaceleración económica es recuperar la confianza perdida, Agirre tiró de una emotividad algo chocante con frases como «Álava es un territorio fantástico (...). No es momento para pesimismo, para decaimientos, lamentaciones o agravios. Es el momento de trabajar unidos, duro y unidos (...) Porque creo en Álava y quiero a Álava, voy a seguir dejándome la piel por este territorio y pido a todo el mundo que saque el orgullo alavés porque nadie nos va a regalar nada...».

En este sentido, tendió su mano al Gobierno vasco para trabajar desde el diálogo y el acuerdo con el objetivo de conseguir la «estabilidad y hacer avanzar al territorio». Tras enfatizar que «Álava siempre será lo primero, por encima de todo», pidió desterrar los fantasmas de posibles mociones de censura, ya que «no es el momento de debatir sobre quién gobierna Álava, sino de seguir gobernándola».

Sin mención a Aralar
Al igual que en lo referido a los servicios sociales, el presidente de la Diputación avanzó que echarán el resto para lograr la diversificación del tejido empresarial alavés y fortalecerlo, al igual que en la potenciación del agro alavés, un sector siempre con dificultades. Respecto a los problemas concretos de mayor calado que acucian a la institución, sólo se refirió a la fallida balsa de regadío de Noryeste. Avanzó al respecto que su impermeabilización podría costar hasta 15 millones -su construcción ya costó 30-.

Entre las ausencias en el contenido de discurso, una dominó sobre las demás. Ni palabra sobre la crisis de gobierno generada hace dos semanas con motivo del proyecto de presupuestos, y que desembocó en la salida del Gobierno foral del único diputado de Aralar, Javier Aspuru, lo que ha dejado la institución en manos del PNV y EA. Sin duda, sorprendente.

Fuente : elcorreodigital.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario