El presidente de Apadefim, Hilario Miguelsanz, cree que el reajuste propuesto por el Gobierno agrava los efectos de la crisis
La Confederación Española de Organizaciones en favor de las Personas con Discapacidad Intelectual (FEAPS) ha manifestado su desacuerdo con los recortes de la cobertura de la Ley de Dependencia, tras anunciarse la supresión de los efectos retroactivos de las prestaciones económicas de la normativa.
La organización considera que esta modificación «perjudica a muchas personas con discapacidad intelectual y del desarrollo», un grupo «particularmente vulnerable».
La problemática a la que alude FEAPS se centra en la lentitud que ha sufrido la aplicación de las medidas protectoras y de ayuda, lo que agrava el escenario que dibuja el anuncio del Ejecutivo central.
La entidad se ha mostrado dispuesta a defender los derechos consolidados y adquiridos por los beneficiarios, «que ya tienen generada la deuda», y confió en que este recorte sólo se aplique a las personas en situación de dependencia que entren en el sistema a partir de la modificación legal que aprobará el Gobierno.
Los argumentos esgrimidos por el presidente de la Asociación de Padres y Protectores de Deficientes Físicos, Intelectuales y Mentales (Apadefim), Hilario Miguelsanz, van por el mismo camino que los manifestados por la confederación.
«La supresión de la retroactividad en la concesión de las ayudas no ha sentado bien porque se ha hecho y tramitado proyectos que no valen de nada», ha comentado.
Miguelsanz se lamenta de la crisis, que «nos afecta a todos y en muchos sentidos». Por ejemplo, el responsable de la organización social se hace eco de la repercusión negativa que la adversidad financiera posee en «la atención de los Centros Especiales de Empleo en los que trabaja Apadefim por la falta de trabajo». Si a ello se suma el recorte anunciado por el el presidente del Gobierno, el panorama se oscurece aún más.
La otra queja es «la falta de plazas». En este sentido, apunta que la asociación cuenta con capacidad para acoger usuarios, pero no se llegan a cubrir esas estancias. La muestra más clara de esta circunstancia es el centro de Apadefim en Cuéllar, que «está funcionando al 50%».
Fuente : nortecastilla.es
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