La ley de dependencia, una de las principales bazas electorales del partido socialista, iba a ser la cuarta pata del Estado del Bienestar, pero la crisis económica provocó una sustancial rebaja de los presupuestos y la pata se ha quedado coja.
Muchas de las expectativas creadas no han podido desarrollarse, lo que ha provocado una enorme frustración en todas las familias afectadas.
Al menos en estas islas, que están en la cola de las comunidades autónomas en cuanto al gasto social, según las estadísticas del ministerio de Hacienda.
La conselleria de Asuntos Sociales destina este año poco más de 77 millones de euros para atender las necesidades derivadas de la ley, una cantidad notablemente inferior a comunidades de población similar, como Asturias, con un presupuesto de 217 millones o Murcia con 100 millones más.
No sólo eso, sino que por falta de liquidez, el Govern ha dejado de pagar los atrasos. Desde hace un mes la conselleria sólo se compromete a pagar la mensualidad correspondiente pero no los atrasos a que hubiera dado lugar la tramitación de las solicitudes, que siempre es más larga de lo que debiera.
Podrán alegarse problemas de financiación –el eterno problema de las finanzas públicas de una comunidad teóricamente rica, pero que socialmente hace tiempo que ha dejado de serlo– pero aun así sorprende que un gobierno progresista acepte sin rechistar ser el farolillo rojo de la asistencia social.
No obstante, a beneficio del Govern, debe reconocerse su esfuerzo presupuestario al haber triplicado la cifra destinada a dependencia en los tres años que llevamos de legislatura. Sin ese esfuerzo la situación sería mucho peor.
De una manera muy gráfica, la consellera, Fina Santiago, explica que al acceder a su cargo se encontró con un departamento para el que se habían contratado tres trabajadores cuya única función era guardar en un cajón las solicitudes de ayuda.
Había entonces unas cinco mil, una cifra que ya se han multiplicado por seis.
Al día de hoy, por la ley de Dependencia se atienden en Balears unas diez mil personas que bien reciben ayudas o tiene plaza en alguna de las residencias oficiales.
Ahí radica, precisamente, una de les frustraciones, porque al menos una de cada tres solicitudes es rechazada, bien porque no responde al patrón de dependencia marcado por la legislación o porque su dependencia es moderada y, por tanto, deberán esperar a que la ley se desarrolle para poder beneficiarse de alguna de sus prestaciones.
En 2006, cuando se aprobó, no había tantas urgencias económicas como ahora y, además, el gobierno socialista desplegó una campaña mediática que hizo pensar en un desarrollo mucho más rápido.
Un retraso que en las islas se complicó aún más por, según Santiago, la escasa atención que el Govern del PP le prestó. Entre las matizaciones que la consellera hace a que Balears esté en la cola, junto al esfuerzo realizado, destaca una como mínimo sorprendente: la inexistencia, dice, de una tradición consolidada de ayudas sociales. Lo más grave es que tiene razón.
Las islas han padecido un déficit de asistencia social en muchos sentidos, la situación ha mejorado, pero dista de ser satisfactoria. En la pasada legislatura, según reconoce Fina Santiago, el Govern de Jaume Matas se prodigó en nuevas residencias, pero erró en el sistema de gestión elegido, básicamente privado, lo que ha provocado un grave problema de confianza a causa de las múltiples irregularidades detectadas a lo largo de estos años.
Para que la ley de Dependencia llegue a ser lo que quería ser hace falta romper, pues, muchas barreras, además de la económica. Hace falta, por supuesto, que las llamadas de solidaridad que hizo el Govern se traduzcan en nuevos incrementos presupuestarios de asistencia social, pero, sobre todo, falta comprensión para que la sociedad –la mallorquina muy particularmente– entienda que el Estado del Bienestar es caro y que será necesario incrementar el esfuerzo colectivo para que, como mínimo, no se recorte.
SEBASTIÁ VERD
Fuente : diariodemallora.es
pero ese dinero no se lo anquedado los politicos como hacen siempre espero que no se lo queden
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