viernes, 18 de junio de 2010

CASTILLA Y LEÓN - UNA PAUSA PARA EL CUIDADOR

Castilla y León dispone de un total de 28 Unidades de Respiro Familiar repartidas entre el ámbito urbano y rural.

Estos espacios se perfilan como un servicio social de apoyo indispensable para aquellos familiares de enfermos con algún tipo de demencia que asumen el papel de cuidador


Entre otras problemáticas, las demencias y, en particular la enfermedad de Alzheimer, tienen una especial relevancia, tanto por su frecuencia como por las consecuencias que genera en la persona mayor, que ve limitada de forma muy importante su capacidad para vivir de forma autónoma requiriendo una supervisión y apoyo, cada vez más constante a medida que avanza la enfermedad.

La familia ha tenido y sigue teniendo un papel relevante en la atención a las personas dependientes en general y particularmente en la atención de los enfermos de Alzheimer, a pesar de las consecuencias que en el plano personal, familiar, laboral y social puede conllevar para los cuidadores, fundamentalmente mujeres.

«La responsabilidad adquirida hacia su pareja o progenitor hace que el cuidado pueda adquirir un compromiso de importantes repercusiones para quien adopta el papel de cuidador», asegura Milagros Carvajal, presidente de la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer (AFA) de Palencia, y presidente de la Federación Regional.

En síntesis, estas consecuencias podrían resumirse en un desgaste en la salud del cuidador (tanto desde el punto de vista físico como psicológico), una merma importante de su vida social (pérdida o alejamiento de amigos, restricción del tiempo y oportunidades de ocio, etc.), dificultades para afrontar otras responsabilidades y obligaciones (laborales, cuidado de los hijos...).

Igualmente se crea la necesidad de destinar parte de la economía familiar para hacer frente a los costes derivados de la atención a la persona dependiente y cambios en la dinámica familiar que puede generar conflictos en la convivencia, dificultades en la comunicación entre el resto de miembros de la unidad familiar.

«No hay que olvidar que este tipo de enfermedades poseen unas características que hacen que la atención y cuidado del enfermo sea muy constante, lo que impide la compatibilidad con otro tipo de actividades», comenta Carvajal, quien ha podido comprobar como muchos familiares han ido «cerrando su círculo de vida» en torno a la persona que sufre la enfermedad.

Ante esta realidad, las Unidades de Respiro Familiar se convierten en una de las principales vías para abordar las consecuencias sufridas entre los cuidadores y familiares.

Desde la Junta de Castilla y León y la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades, en colaboración con otras entidades como las asociaciones de Enfermos de Alzheimer, se están desarrollando medidas para facilitar este «respiro» con el objetivo fundamental de paliar los efectos que conlleva una tarea para la que, en muchos casos, no estaban preparados y que genera un importante desgaste físico, psíquico y social, máxime si se considera que este cuidado puede prolongarse durante décadas.

¿Qué es el respiro familiar?

Los servicios de respiro familiar tienen como finalidad ofrecer apoyo a los cuidadores no profesionales de las personas dependientes, para que puedan compatibilizar el cuidado con sus intereses y necesidades personales. En definitiva, este tipo de servicios sustituyen al cuidador en las tareas de atención prestada a una persona dependiente, durante parte del día o en periodos determinados de tiempo, permitiéndole atender sus propias necesidades.

La Junta de Castilla y León, en colaboración con las Asociaciones de Familiares de Alzheimer lleva años ofreciendo en todas las provincias de la Comunidad diferentes servicios expresamente dirigidos a facilitar el respiro familiar. Entre ellos, destacan las Unidades de Respiro y el programa «Espacios de Vida».

Tiempo de descanso

Respecto a las unidades de respiro —cuyo funcionamiento se extiende también a los fines de semana- persiguen ofrecer a los cuidadores familiares un tiempo de descanso a los familiares cuidadores, mediante la atención, en un centro, de la persona enferma durante unas horas al día. De esta forma, posibilitan a estos cuidadores mantener un ritmo de vida lo más normalizado posible dentro de la comunidad y compatibilizar el cuidado con otras obligaciones y necesidades.

Además, desde estas unidades se ofrece al enfermo una atención especializada dirigida a mantener el mayor tiempo posible sus capacidades. En la actualidad 24 asociaciones de Familiares de Alzheimer cuentan con este tipo de servicio. En total son 28 Unidades de Respiro Familiar, 12 de ellas situadas en núcleos urbanos y 16 en municipios del entorno rural. Estas unidades permiten la atención de 526 enfermos (281 en el entorno urbano y 245 en el rural). Para financiar este servicio, la Junta de Castilla y León va a destinar este año 358.666 euros para el funcionamiento de estas unidades.

Mejora del enfermo

Junto al respiro que estos servicios ofrecen a los cuidadores hay que destacar que el equipo de profesionales que trabajan en las Unidades desempeñan una importante labor a la hora de recuperar habilidades en los enfermos así como conseguir retrasar el deterioro que el Alzheimer provoca en estas personas. José Juan Mérida es terapeuta y lleva cinco años trabajando en la Unidad de Respiro Familiar «La Puebla», en Palencia. El trabajo de estos profesionales, guiado por protocolos estandarizados, «nos hace comprobar las grandes mejorías de muchos de nuestros pacientes», explica Mérida.

Las dificultades particulares de cada enfermo tratadas de forma individual en estas unidades lleva a la observación de mejoras en aspectos de especial deterioro como es el lenguaje, la orientación o la coordinación. «Una de las técnicas que concretamente utilizamos aquí es la musicoterapia», explica este terapeuta especializado en este tipo de tratamientos. Por el momento los resultados parecen más que positivos, «sobre todo si tienes en cuenta que hemos logrado que una mujer que llevaba mucho tiempo sin hablar haya empezado a cantar, a pedir sus canciones preferidas y haya vuelto a hablar con su marido».

Recuperaciones que los familiares agradecen enormemente por la repercusión que ello conlleva en su propio beneficio, tanto emocional como a la hora de «seguir cuidándoles».

Fuente : caritasvalladolid.org

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