Aumenta la demanda de cuidadores a domicilio de personas mayores
Los recursos de la Ley de Dependencia hacen que los ancianos sigan guiándose por el modelo tradicional de vivir en casa
Numerosos son los colectivos que actualmente sufren dificultades económicas, pero las personas mayores son, probablemente, las más indefensas.
En este sentido, se están desarrollando pautas de comportamiento que a su vez influyen en el mercado laboral de los cuidadores a domicilio, ya que las personas mayores tienden a preferir quedarse en casa y ser atendidas por un cuidador informal, que puede ser o no un familiar, antes de trasladarse a una residencia: «Con la crisis hay personas que prefieren dedicar el dinero que reciben de la Ayuda a la Dependencia o de las subvenciones que del Ayuntamiento del municipio», afirma Jordi Tous, director dels Serveis Territorials del Departament d’Acció Social i Ciutadanía.
Esta situación se ha visto consolidada en los últimos tiempos por las aprobación y el desarrollo de la Ley de Dependencia que ofrece otras posibilidades, a parte del traslado a un centro de la tercera edad: «La voluntad de la gente mayor de prevalecer en sus casa ha aumentado como consecuencia de las ayudas económicas procedentes de la Ley de la Dependencia que aumenta el abanico de posibilidades en lugar de tener que ir a una residencia.
Tal es el caso de optar a un servicio de atención domiciliaria o de un centro de día», aclara Jordi Tous, pero añade que «este tipo de atención no es indefinida, ya que tarde o temprano tendrá que acudir a una residencia». En este sentido, entre los factores que determinarán esta evolución está el aumento del nivel y grado de dependencia de las personas que en primera instancia decidieron ser atendidas en sus hogares.
Asimismo, como la crisis ha dejado sin trabajo a decenas de miles de mujeres estas se ven obligadas a trabajar en otros sectores como el de la cuidador a domicilio: «Muchas mujeres han entrado a formar parte del sector porqué sus maridos trabajaban en la construcción y ahora no tienen trabajo», explica Jordi Marín, gerente del Grup SAD, empresa que ofrece servicios de atención domiciliaria, programas de acompañamiento o servicios domésticos, entre otros.
Otro de las factores que influyen en la preferencia de este tipo de servicio es la inmigración, que ven en ello una oportunidad laboral para sobrellevar la crisis: «Actualmente la crisis ha agravado la economía su+mergida del sector», explica Jordi Martín, quien también avisa de que «hay mucha gente que sigue pensando que los servicios de un centro de día o una residencia son más caros, pero esto no del todo cierto. A los centros nos obligan a tener un ratio de profesionales de diferentes ámbitos, es el único modo de garantizar una atención profesional, que en estos tiempos de crisis están en peligro».
Fuente : diaridetarragona.com
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