Damas de blanco
NO pretendo escribir sobre las mujeres cubanas que se manifiestan a favor de la libertad de sus familiares presos políticos, vestidas de blanco. Ni sobre el ya lejano precedente de las Madres de la Plaza de Mayo argentinas, aunque éstas se cubran la cabeza con un pañuelo de ese color.
Me refiero a unas damas de blanco españolas que no se manifiestan, no protestan, no piden ni exigen. Las vemos frecuentemente por nuestras calles en Huelva y en los pueblos. Caminan con diligencia hacia algún domicilio concreto… o pasean llevando del brazo a una persona (hombre o mujer) de avanzada edad o con dificultades para moverse, o simplemente amenazada por la soledad. Antes, en la casa de esa persona a la que ahora acompañan, han realizado tareas de limpieza o de cocina, han ayudado al aseo personal, han puesto en marcha lavadoras, han tendido ropa…
Con estas damas de blanco se ha perfeccionado el anterior sistema de la Ayuda a domicilio que en su día organizaran Ayuntamientos-Diputación-Junta de Andalucía. En realidad son la manifestación más patente de la espléndida labor de política social y redistributiva realizada a través de la Ley de Dependencia que puso en marcha el Gobierno del presidente Rodríguez Zapatero en 2007.
No es la única función de la Ley. Hay un número importante de familiares que atienden en sus domicilios a los llamados grandes dependientes; ya no lo hacen sólo gratis et amore por la lógica devoción filial o el compromiso y cariño familiar; reciben ahora además una discreta compensación económica. Ello ha supuesto la permanencia en sus casas de muchas personas que hubieran tenido que ingresar en las residencias de mayores.
Pero las damas de blanco siguen siendo lo más llamativo. Los que regresaron de las vacaciones estivales han vuelto a ver cómo estas mujeres continúan poblando nuestro paisaje urbano. Hay más de 1.800 en toda la provincia. Detrás de todas ellas hay un trabajo de tramitación de solicitudes, estudio de los casos, control y seguimiento por parte de los Ayuntamientos y de los Servicios Sociales Comunitarios de la Diputación; la baremación y aprobación del servicio corresponde a la Consejería de Igualdad; y la financiación y pago lo aportan en colaboración el Gobierno de España y el de la Junta de Andalucía.
En momentos de crisis y de dificultades económicas, conviene no olvidar que hay quienes se preocupan de que las personas mayores con dependencia reciban ayuda. Por esa decisión de política solidaria salió adelante la Ley (que además ha servido para crear empleo); y como instrumento eficaz y patente de su cumplimiento trabajan por las casas y calles de nuestra provincia estas apreciadas Damas de Blanco.
Domingo Prieto
Fuente : huelvainformacion.es/article/opinion
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