El estudio hecho público ayer por el Gobierno Vasco sobre la situación de los mayores en Euskadi ofrece una pertinente radiografía de un colectivo con cada vez mayor peso demográfico en las sociedades modernas y que presentan demandas, necesidades y atenciones propias y diferenciadas.
Es elocuente que uno de los hallazgos más significativos del informe sea la constatación de que aquellos que superan los 65 años suelen dar más de lo que reciben; es decir, que lejos de responder al estereotipo injusto y arbitrario de ser 'una carga', la gran mayoría de ellos trata de conservar y conserva su autonomía, haciéndose dueños no solo de su vida sino también de su vejez.
Esta evidencia debería transformarse, de hecho, en la base para afrontar, individual y colectivamente, los desafíos del paso del tiempo: esto es, situar como objetivo la salvaguarda de esa autonomía en la medida de lo posible, con estrategias que no solo prevengan y palien el lógico desgaste que provoca la edad, sino poniendo en valor la contribución de los mayores al sostenimiento de nuestro modelo social y reconociendo la importancia de su experiencia vital.
Porque no se trata ya únicamente de hacer frente, con medidas como la Ley de Dependencia, a las consecuencias más gravosas de la vejez y la enfermedad.
Se trata de identificar las nuevas problemáticas que afectan a un colectivo que hace de bastón ante las nuevas carencias o dificultades del mundo que lo rodea.
Fuente : diariovasco.com
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