La crisis empieza a dejar plazas libres en las residencias navarras
El problema se nota más en áreas rurales que en urbanas
Los 35 centros de la asociación Lares tienen 31 plazas libres "algo impensable hace 3 años"
Amma Argaray dice que la gente compara más y que retrasa el momento del ingresar al familiar
Residencias hasta con siete plazas libres que desde el pasado mes de junio no se cubren.
Es un dato que evidencia los efectos de la crisis en el sector de servicios residenciales a la tercera edad. "En Navarra empieza a haber plazas libres en residencias, algo que hace tres años era impensable", afirman desde la Asociación Navarra de Residencias y Servicios de Atención a los Mayores (Lares).
Esta asociación, que agrupa a 35 de las cerca de 75 residencias que existen en Navarra, tiene en estos momentos 31 plazas libres. No es que se estén sacando residentes, lo que ocurre es que las plazas no se cubren."La crisis se empezó a notar el año pasado pero ha sido a lo largo de este año cuando se ha puesto de manifiesto. Nunca había habido tantas plazas libres", afirma su presidente, Eduardo Mateo Miranda, que lleva cinco años al frente del equipo directivo de la asociación.
Mayor efecto en los pueblos
Las 35 residencias de Lares suman 2.530 de las 5.600 plazas que suman todas las residencias de la Comunidad. De las 2.530 plazas de Lares un total de 687 son públicas o concertadas con el Gobierno de Navarra y el resto, 1.843, son plazas privadas, en las que los usuarios, salvo excepciones, deben pagar la totalidad del precio. En total en Navarra, existen unas 3.500 plazas privadas.
Los centros integrados en Lares se ubican, en su gran mayoría, en zonas rurales. "El problema de plazas libres aún no se nota demasiado en Pamplona y Comarca, donde tradicionalmente, la demanda es mayor, pero en general, se nota que está costando más cubrir las plazas de las residencias".
El denominador común de las residencias asociadas en Lares es que son empresas sin ánimo de lucro. Frente a ellas, están las residencias mercantiles, como son Alto Beloso y el Amma Argaray, ubicadas ambas en la capital navarra. Santiago Garde, el director de esta última explica que la crisis se nota en dos aspectos. Por un lado, afirma que cuesta más tiempo realizar un ingreso.
"La gente se lo piensa más. Si antes las personas o los familiares miraban una, dos o tres residencias, ahora miran más, buscan más". Por otra parte, el directivo apunta que la crisis también se aprecia en que se retrasa más en el tiempo la decisión de ingresar al padre o al abuelo en la residencias, de manera que el cuadro clínico con el que llegan es hoy más agudo que hace unos años.
"El grado de dependencia con el que llegan a la residencia es más significativo de lo que era antes. En general, se toma la decisión del ingreso cuando en casa ya no se puede tener porque no se dispone de ayudas técnicas".
Desde la dirección de la residencia Alto Beloso se apunta que "son sensibles a la crisis, pero que no se nota". Lo mismo indican desde la residencia Landazábal. "No estamos notando la crisis porque somos residencias con una capacidad limitada. De nuestras 167 plazas, 118 son concertadas con el departamento de Asuntos Sociales, por lo que nos quedan medio centenar de plazas privadas "y las bajas no son muy altas cada año", expone el director de Landazábal, Gerardo Amillano.
Mantener tarifas
A la vista de la actual coyuntura económica, las residencias de la Comunidad foral están manteniendo sus tarifas en niveles similares a los de hace tres años. Según confirman en las centros consultadas, en el mejor de los casos se opta por subir el precio en la misma medida que el IPC.
Fuente : diariodenavarra.es
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