lunes, 5 de julio de 2010

CADIZ - UNA NUEVA FAMILIA EN VERANO

La necesidad de ocio y tiempo libre hacen que muchos gaditanos acudan a estos servicios para que sus familiares no estén desatendidaos.

Las estancias diurnas para los mayores y las plazas de apoyo, colapsadas en esta época


Entrar y salir. Es en resumen lo que una familia hace en verano. Ir a la playa, y a comer a la calle, al campo de unos amigos a disfrutar de la piscina y una barbacoa. No hay horarios y se huye de la rutina. Un ritmo de vida que se vuelve incompatible con las personas mayores, cuyo día a día está lleno de costumbres. Darse la vuelta por el mercado, jugar a las cartas en una peña, su sesión de tele por la tarde. Y más complicado resulta cuanto mayor es el grado de dependencia.

Por ello cada verano las familias se enfrenta al problema de cómo cuidar a sus mayores sin sacrificar su vida, y finalmente acuden a cuidadores y profesionales que se convierten en una nueva familia.

Si hace unos años preocupaba el abandono de ancianos durante la época estival, la Ley de Dependencia ha dado un importante giro a esta problemática, y se ha reducido de manera considerable el número de familias que buscan residencias para desplazar a una persona mayor.

Las empresas privadas del sector, así como la Consejería para la Igualdad y Bienestar Social, defienden que, más que una realidad, actualmente se trata de un mito, y que sólo se pueden hablar de casos aislados. «Los familiares se documentan de manera concienzuda antes de dejar a sus mayores en una residencia.

Ya no se dan casos de personas que pretenden realizar el papeleo deprisa y corriendo por la necesidad de dejar a una persona mayor. Ahora existen otras fórmulas que permiten al cuidador conciliar su vida familiar y el ocio», asegura Salvadora Sánchez, que es coordinadora de los centros Gerón, fundación que cuenta con varias residencias repartidas por la provincia.

Salvadora se refiere a las plazas de respiro familiar, aquellas destinadas a que el cuidador pueda dejar en buenas manos al anciano sin preocuparse de su atención.
En los últimos años los centros de estancias diurnas, que ofrecen tal posibilidad, han proliferado en la provincia a través de las ayudas que ofrece la Ley de Dependencia.
Han comenzado a darse a conocer, y durante el verano las solicitudes se multiplican por diez. «En invierno no preguntan más de tres o cuatro personas por nuestros servicios, pero al llegar julio tenemos hasta 20 personas diarias que entran para pedir información o plaza», expone Cristina Jiménez, directora de la Unidad de Estancia Diurna para mayores Santa María del Mar.

El problema es que tales centros suelen contar con las plazas ya cubiertas y una importante lista de espera. «Lo que ocurre es que las personas que ya disfrutan de tal prestación piden un aumento del horario para que se cuide de su familiar», apunta Cristina. Por ello los familiares acuden a otras soluciones que se encuentran en los colectivos, asociaciones y organizaciones que ofrecen tales servicios pero a domicilio.

Es el caso de la fundación jerezana Paz y Aflicción, que cuenta con un programa de ayuda a domicilio. «Resulta curioso, pero lo que más notamos es que se incrementan las llamadas de personas que se han llevado al abuelo a veranear a otra localidad de la provincia y nos reclaman para saber si prestamos servicios por ejemplo en Sanlúcar o Chiclana», señala Irene Valderrama, coordinadora del servicio de Ayuda a Domicilio de la entidad.

La Federación Provincial de Organizaciones Andaluzas para Mayores (Foam) también presta este servicio, con una red de 52 voluntarios repartidos por distintas localidades gaditanas, aunque lo hacen de forma gratuita. «Al llegar el verano estamos colapsados por llamadas para cuidar a personas mayores durante unas horas en el domicilio», asegura Juan Cruzado, representante del colectivo.

Fuente : lavozdigital.es

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