Más de ocho mil personas reciben en Bizkaia una ayuda por hacerse cargo de sus familiares
Este recurso, contemplado en la ley de dependencia, supone un desembolso foral de 50 millones de euros
En Bizkaia, alrededor de 8.500 familias han optado por solicitar una ayuda económica y hacerse cargo de sus mayores.
De estos, 4.000 casos corresponden a Bilbao, una cifra superior al número de peticiones de Ayudas a Domicilio.
Los responsables de Acción Social constatan que una de las ofertas de la ley de dependencia aprobada en 2007, que se preveía como una medida excepcional, se ha convertido en la ayuda más solicitada.
Así, los datos del último año estiman que otras 3.000 familias optaron el pasado año por cuidar de sus ancianos a cambio de recibir una contraprestación económica.
La crisis es uno de los motivos que ha movido a los vizcainos a tener en cuenta esta ayuda. Además, aunque la cantidad que perciben en algunos casos es pequeña, así se evitan tener que pagar por ingresar en una residencia a uno de sus mayores.
Los servicios sociales de la Diputación soportan un coste de 50 millones de euros por estas ayudas. De hecho, el diputado Juan Mari Aburto llegó a apuntar recientemente que solo con la mitad de este presupuesto se podrían construir 1.000 plazas en cualquier residencia.
La población envejece y eso debería generar una necesidad de mayor número de horas del Servicio de Ayuda a Domicilio y más plazas en residencias o pisos comunitarios; sin embargo, se está produciendo el efecto contrario.
Los pisos comunitarios tienen problemas de supervivencia, e incluso alguno ha tenido que cerrar; las residencias en zonas más alejadas presentan algunos problemas y se han reducido las horas del Servicio de Ayuda a Domicilio, generando por ende un problema laboral en este sector. Todo esto, en una sociedad en la que cada vez hay un mayor número de personas mayores.
Medida excepcional Desde que en 2007 se aprobara la ley de dependencia en la que se contemplaba como una medida excepcional la posibilidad de que el familiar cuidara de la persona dependiente y percibiera a cambio una compensación económica, este tipo de ayuda se ha convertido en la más solicitada.
El primer año no tuvo un gran eco, solo se reconoció estos ingresos a 577 familias; en 2008, ya se reconoció el derecho a percibir una cuantía por cuidar de sus mayores a 3.874 personas; la cifra se disparó en 2009, año en el que se sumaron 4.873 solicitantes. Los datos de 2010 no son tan espectaculares, pero en cualquier caso siguen apuntando a esta ayuda como la más requerida por los vizcainos, con 3.000 familias más que se suman a las ya beneficiarias.
Para tener opción a solicitar esta ayuda tiene que haber una relación de parentesco con la persona dependiente, aunque se aceptan también aquellos casos en los que existe un vínculo de amistad muy estrecho, como puede ser por vecindad, o, a veces, se produce también con monjas que finalmente viven juntas.
Dependiendo de los grados de dependencia, el cuidador recibe una cantidad que oscila entre los 120 y los 500 euros. Se exige que estén empadronadas en el domicilio y, si no tuvieran un trabajo, se les da de alta en la Seguridad Social.
La cuestión, sin embargo, preocupa a los responsables de los servicios sociales, según reflexionan tanto el diputado de Acción Social, Juan Mari Aburto, como el concejal de esta misma área en el Ayuntamiento de Bilbao, Ricardo Barkala.
Respecto al servicio, al convertirse una medida excepcional en general se desvirtúa la filosofía de la ley de dependencia, cuyo propósito es crear servicios sociales, según coinciden ambos en sus apreciaciones.
Al final, muchas familias, ante la disyuntiva de tener que pagar para ingresar a un familiar en una residencia o recibir una cantidad por cuidarle no lo dudan.
Pero, los responsables de Acción Social creen que el gasto que esto origina, entre 40 y 50 millones de euros, es de dudosa utilidad porque se trata de un dinero muy repartido que podría destinarse a crear nuevas plazas en residencias y, sin embargo, con la cantidad que perciben estas familias no se soluciona el cuidado del dependiente.
Por otro lado, desde un punto de vista de valores, "se les está poniendo precio al cariño", ha dicho en otras ocasiones Juan Mari Aburto. "Lo que antes formaba parte del compromiso familiar tiene un pago", añade Ricardo Barkala.
Fuente : deia.com
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